Estimados lectores, pensaréis que os tengo un poco abandonados, y aunque es cierto, no ha sido esto en ningún momento mi intención, desde el nacimiento de mi hijo Xavi, ahora hace ya más de 2 años, el poco tiempo que me queda libre se lo dedico a el, entre mis horarios de médico de primaria, en Alcover, la consulta de acupuntura por la tarde y el segundo año de medicina japonesa, que por cierto, funciona de maravilla, poco tiempo me queda para dedicar a rellenar este blog.
Y el tiempo del que dispongo en estos momentos, no es de lo más agradable, puesto que estoy en el hospital con mi hermana, después de haber sido operada y de haber sufrido todas las complicaciones posibles, reintervención por sangrado, neumonía posiblemente por aspiración, algunos de estas cabían dentro de lo posible como riesgo quirúrgico, pero la mala praxis de algunos de los médicos que nos atendieron, los cuales sólo miran la parte que han tratado (en este caso se trata del servicio de ginecología de cierto hospital que prefiero no nombrar) no evidenciaron este sangrado hasta pasadas 48 horas y gracias a los compañeros de otros servicios como medicina, cirugía, anestesia y como no a todo el servicio de enfermería de quirófano y reanimación, creo que ahora podemos estar más tranquilos, porque parece que evoluciona favorablemente.
Mi pregunta es la siguiente, si no hubiese insistido, en cosas obvias, como una palidez extrema, una hipotensión.... Quizás ahora no estaríamos hablando de evolución favorable. El hecho de que sí esto le hubiese pasado a otra persona sin conocimientos médicos ni buenos amigos en el hospital, que habría pasado? Posiblemente este sea el motivo de presentar una queja formal, para que al menos tengan más cuidado en el futuro, para que otras personas, no tengan que pasar por lo que Marta ha pasado actualmente, y que su vida ha pendido de un hilo durante horas.
De aquí que siempre y principalmente en las medicinas alternativas, o un pobre médico de familia como yo, tengamos esta visión más global del paciente y no sólo un pedazo de ello.
Cada ver que recuerdo los comentarios de alguno de los ginecólogos, se me revuelven las tripas, el más fuerte de ellos era decir que no era necesario trasladarla a cuidados intermedios del hospital de Juan XXIII, porque el problema ginecológico estaba resuelto, mientras que mi hermana presentaba una neumonía que afectaba la totalidad del pulmón derecho, pero esto a el no le importaba los más mínimo. Menos mal que el magnífico personal de Juan XXIII y muchos de los compañeros del hospital que no quiero nombrar aunaron sus esfuerzos para ayudar a Marta. A todos ellos gracias, y a todos aquellos a los que gracias a ellos nos escontramos ahora así, ya veremos.